Los nódulos en tiroides son muy comunes en la población, a muchas personas les aparecen en forma incidental cuando se hacen un examen físico de rutina o una ecografía, generando angustia y preocupación en el paciente. La prevalencia aumenta en las mujeres y con la edad, siendo aproximadamente de un 7%.
Los nódulos no son siempre palpables, sólo los que tienen un tamaño superior a 1 cm. se pueden tocar. Pero hay un gran porcentaje de nódulos solitarios o múltiples que son asintomáticos y se encuentran cuando se realizan estudios de ecodoppler de las arterias carótidas o una ecografía del cuello.
Los nódulos más comunes son los coloidales (la proteína que almacenan las hormonas tiroideas), quistes tiroideos (áreas de tejido tiroideo con líquido) y los nódulos inflamatorios producidos por una inflamación de la glándula (tiroiditis).
Los adenomas foliculares benignos representan el 15%, mientras que los carcinomas de tiroides el 5%. Hay un grupo de nódulos autónomos hiperfuncionantes (nódulos calientes) que son benignos, pero por su actividad deben ser tratados.
Cuando se diagnostica bocio nodular (nódulo en la glándula tiroides) se comienza con el protocolo de estudio para evaluar y llegar a un diagnóstico para determinar la conducta a seguir. En estos casos se solicita una gammagrafía para determinar si el mismo funciona más o funciona menos que el resto de la glándula. El estudio se basa en inyectar en el brazo tecnecio, que es un material inerte. Éste se fija a la glándula tiroides y se detecta con un equipo, como si fuera una foto y de esa manera se determina si el nódulo es caliente (más que el resto de la glándula) o frío (menos que el resto de la glándula).
Al mismo tiempo se establece en sangre las hormonas que estimulan a la glándula TSH y las que producen T4 y T3, como así también anticuerpos contra la glándula tiroidea que no la reconocen como propia. De esa manera podemos determinar la funcionalidad de la glándula (hipertiroidismo o hipotiroidismo) o como sucede en la mayoría de las veces, la función es normal considerándose un caso de eutiroidismo.
Cuando el nódulo es caliente y la función está acelerada se hace referencia a un caso de hipertiroidismo, que se trata administrando iodo radiactivo en forma oral para disminuir el funcionamiento exagerado del nódulo. Cuando el nódulo es caliente y la función es normal no requiere tratamiento, pero sí se controla con dosajes hormonales por la posibilidad de desarrollar un hipertiroidismo.
Cuando el nódulo es frío se indica realizar una Punción Aspirativa con Aguja Fina (PAAF). Aproximadamente el 10% de los pacientes que se realizan la PAAF se operan. De acuerdo a este estudio los nódulos se clasifican en 6 estadios y cada uno de estos estadios tiene pautas terapéuticas que nos indican los pasos a seguir. Se trata de una técnica que preocupa mucho a los pacientes, pero en realidad es una práctica que no produce dolor y tiene muy bajas complicaciones, siendo una de ellas un pequeño hematoma en el tejido celular por debajo de la piel, como a veces sucede cuando le sacan sangre.
Cuando le informen que tiene un nódulo en la glándula tiroides, aconsejamos que no se desespere, es muy común en nuestra población y es una patología que tiene solución.
Dr. Alberto Fares Taie
Especialista en Endocrinología
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