El verano es una época del año en que se dan altas temperaturas y es más frecuente que se realicen actividades recreativas al aire libre. Como consecuencia existen riesgos de sufrir lesiones por calor. El clima cálido, las vacaciones y los días más largos alientan a salir y movilizarse con los niños y también con personas de mayor edad.
A continuación se enumeran las lesiones producidas por calor, cuáles son sus síntomas y cómo debemos comportarnos o tratar las mismas.
1) Rubor por calor: es el enrojecimiento de la piel, como cuando nos exponemos al sol, sin llegar a ser importante más que lo que nos produce en la piel.
2) Agotamiento por calor: se produce porque al exponernos a altas temperaturas o al sol, se reduce el agua y el sodio, o más comúnmente ambos a nivel corporal.
Por déficit de agua se suele ver en ancianos o gente que trabaja en ambientes calurosos y que no se hidratan adecuadamente.
Por déficit de sodio en personas no aclimatadas (no acostumbradas) a altas temperaturas y que reponen líquido con agua sin aporte de sal.
Síntomas: dolor de cabeza, náuseas, vómitos, mareos, debilidad, irritabilidad, calambres, pueden tener baja presión arterial sobre todo postural (como al levantarse o ponerse de pie) y sudoración.
Tratamiento: reposo, ambiente fresco, perder calor (ventilador), reposición de líquidos con soluciones que contengan sal. No exponerse al calor por 2 a 3 días.
3) Síncope por calor: se da cuando el calor produce una baja de presión arterial y lleva a un desvanecimiento. Suele ocurrir en quienes hacen ejercicios en un ambiente caluroso que genera vasodilatación periférica.
Tratamiento: reposo, sobre todo acostado con las piernas elevadas, ambiente fresco y reposición de líquidos.
4) Golpe de calor: este cuadro es el más serio. Tiene dos formas: clásica y por ejercicio.
La clásica se suele dar en los extremos de la vida, en niños y ancianos expuestos a elevadas temperaturas y en personas que padecen enfermedades.
Por ejercicio se suele dar más entre los 15 y 55 años por actividad física intensa, expuestos a mucho calor o sol.
Se da por elevadas temperaturas corporales que producen lesiones térmicas a los tejidos, como la exposición solar intensa prolongada sobre todo en horas de más alta temperatura como el mediodía.
Síntomas: fiebre igual o mayor a 40° y alteraciones del estado mental o de conciencia. Pueden tener incoordinación postural (ataxia) y convulsiones. Lo más grave es cuando se produce daño muscular (rabdomiolisis), que puede llevar a la insuficiencia renal.
Tratamiento: por el riesgo de vida estos pacientes deben internarse, pues hay que hidratarlos por vía endovenosa con corrección del medio interno, practicarles rápidamente técnicas de enfriamiento con sábanas mojadas, agua y hielo. Deben efectuarse estudios cardiovasculares y además deben ser sometidos a una serie de análisis de sangre y orina por alteraciones en el potasio, calcio, función renal, acidosis y otras alteraciones serias para la vida.
Para terminar, en épocas de calor se recomienda hidratarse bien, ingerir comidas livianas, no exponerse al sol en horas pico y ni a altas temperaturas. Asimismo, se aconseja usar ropa liviana, no realizar actividades que aumenten el calor corporal como ejercicio intenso, descansar bien y si no se puede evitar la exposición, es necesario protegerse con sombrero o gorro y utilizar protector solar de alto grado.
Dr. Pablo M. Obiaño
Especialista en Clínica Médica
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