Es importante destacar que desde un punto de vista fisiológico, el niño es el paciente ideal para realizar un procedimiento quirúrgico, y es importante:
1)Prepararlo adecuadamente para la hospitalización.
2)Fortalecer la confianza en sus padres, pediatra, cirujano y su grupo de colaboradores.
3)Explicarle dentro de la capacidad de su desarrollo mental, el significado de la cirugía que se le va a practicar y sus beneficios.
Antes de operar a un niño existe un protocolo que se debe cumplir hasta en los detalles más mínimos.
Estudios antes de la cirugía:
1)Se realiza un examen de sangre para valorar la coagulación, infecciones y anemia.
2)Electrocardiograma y valoración cardiológica para valorar la función del corazón.
Consulta con el anestesista: sirve para que los padres puedan obtener información sobre el procedimiento, riesgos y todos los detalles importantes en relación a la intervención.
Esto ayuda a disminuir el miedo del niño y de los padres, y a humanizar, dentro de lo posible, la intervención quirúrgica.
Los padres deberán informar de cualquier enfermedad que haya padecido el pequeño o si algún familiar ha presentado accidente anestésico. Por supuesto, es necesario que el médico sepa qué medicamentos ha tomado el niño en el último tiempo, y conozca el estado de salud en el momento de la intervención.
¿Qué es la anestesia?
Existen diversas técnicas anestesias y en cada caso se aplica la más adecuada.
Se combinan una serie de fármacos, entre ellos los analgésicos, hipnóticos, relajantes musculares, sueros, etc. Se controlan las funciones vitales, frecuencia cardíaca, frecuencia respiratoria, concentración de oxígeno, presión arterial y electrocardiograma.
Todo este procedimiento es realizado por un médico especialista en anestesia pediátrica.
La mayoría de los recién nacidos, lactantes y niños que se operan lo hacen utilizando anestesia general. Esta es más segura que otro tipo de anestesias, y no produce secuelas adversas en el futuro desarrollo físico o mental del niño.
El cirujano explicará de manera simple a la familia y al niño como transcurrirá su internación desde la llegada a la Clínica hasta el alta quirúrgica.
¿Cómo preparar a su hijo?
El hecho de que su hijo tenga que ser intervenido quirúrgicamente implica una permanencia corta o larga en la Clínica.
Es una experiencia completamente diferente, estar rodeado de gente extraña en un ambiente desconocido, y además con la preocupación de que pueda sufrir algún dolor, mayor o menor.
Por eso es muy importante prepararse bien para que superen estos momentos, sin añadir tensiones a su estado de salud.
Esta podría ser una lista de deberes para ayudar al niño en estas circunstancias:
•Si los padres tienen alguna mala experiencia o resistencia a clínicas u hospitales no transmitirla a sus niños.
•Insistir en que se trata de lugares donde van las personas para mejorarse.
•Que quien va a curarlo será un amigo de los padres que el niño conoció en el consultorio (el cirujano).
•Tratar de explicar lo más simple posible las razones por las cuales va a ser operado.
•Asegurar que la mamá y el papá van a estar junto al niño todo el tiempo.
•No mentirle.
•No permitir que el niño se de cuenta que sus padres están preocupados (le trasmitirán la tensión).
•Hablar en todo momento con una actitud positiva.
Es bueno tener en claro varios aspectos que podrán ayudar a reducir la ansiedad del grupo familiar relacionada con la cirugía.
Primero, asegúrese que entiende perfectamente bien la condición médica que ha motivado la necesidad de dicha operación. Siéntese y hable claramente con su cirujano. Pregunte todas las dudas que tenga.
Pasados los primeros dos años de edad se puede ofrecer una explicación simple y en forma de cuento de lo que le van a realizar. Para estos fines, cuadernos con dibujos y láminas de la sala de operaciones ayudan significativamente.
Los padres pueden contar a modo de historia lo que va a suceder en forma repetitiva de forma tal, que se cree una rutina en la mente del niño.
Dr. Sergio Polliotto
MP 93.332
Especialista Consultor en Cirugía Pediátrica
Av. Colón 3651, 2° Piso – Consultorio 202
Tel.: (0223) 499-2582