«Como y me hincho» suele ser uno de los motivos de consulta más frecuentes en los consultorios de gastroenterología. La distensión abdominal obedece a diversas causas. Es función del médico ahondar y clarificar un síntoma tan inespecífico para orientar las posibilidades diagnósticas. Es importante definir si este síntoma está relacionado con algún tipo de alimento en particular, si sucede inmediatamente o después de varias horas de ingerirlo, el tiempo de evolución y la mejoría o empeoramiento con medicaciones.
La dispepsia, patología funcional muy frecuente en la población general, suele estar acompañada de distensión post-prandial y saciedad precoz. El paciente refiere la sensación de hinchazón luego de comer o la impresión subjetiva de que comió algo mucho más indigesto de lo realmente ingerido. En estos casos un interrogatorio preciso puede ayudar al médico a comprender los síntomas y tratarlos en consecuencia.
La enfermedad celíaca es otra patología en boga en nuestros días. Una mayor especificidad y sensibilidad en los métodos para diagnosticarla permite identificar pacientes que padecen distensión abdominal solamente sin los síntomas más conocidos por la mayoría de la población. Se trata de un desorden autoinmune que se da en personas susceptibles genéticamente a la exposición al gluten (presente el trigo-avena-centeno-cebada). Una estricta dieta libre de gluten mejora notablemente la calidad de vida de quienes padecen dicha patología.
En la intolerancia al gluten no celíaca los pacientes pueden desarrollar todos los síntomas de la celiaquía, incluyendo la distensión por supuesto, frente a la exposición al gluten sin ser celíacos. Es una patología conocida desde 2012 aproximadamente. No existe una reacción autoinmune o biomarcadores que permitan diagnosticarla. Se confirma su existencia en un paciente con los mismos síntomas que un celíaco, con análisis de laboratorio y biopsias negativas que mejoran al suspender el gluten de su dieta.
El sobrecrecimiento bacteriano es un aumento desmedido y desequilibrado de las poblaciones bacterianas en intestino delgado. Se puede presentar con dolor abdominal, distensión y diarrea. El diagnóstico se hace a través del test del aire espirado. Un sencillo estudio, no invasivo, que consiste en soplar en un dispositivo portátil. El resultado se obtiene rápidamente. En caso de ser positivo se utilizan antibióticos que permiten controlar el exceso de bacterias presentes.
La intolerancia lactosa siempre debe ser tenida en cuenta en aquellos pacientes que dicen hincharse (o distenderse) luego de consumir lácteos o derivados. Dicha condición es mucho más frecuente de lo que creemos. El diagnóstico se hace a través del test del aire espirado también. La suspensión de los lácteos mejora la sintomatología. Actualmente se dispone de medicación que aporta la enzima deficiente: lactasa.
Estas son algunas de las enfermedades más frecuentes en la que el médico debe pensar cuando se enfrenta a un paciente con distensión abdominal. Estudios simples o mínimamente invasivos nos permiten llegar a un diagnóstico y alivio de los síntomas. Existe un sinnúmero de patologías que producen la molesta sensación de hinchazón. Es por ello que la consulta con el especialista calificado debe ser siempre la primera elección.
Dr. Mauricio Arco
Especialista en Gastroenterología
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