La pérdida de audición es uno de los problemas de salud crónicos más comunes, que afecta a personas de todas las edades, en todos los segmentos de la población y de todos los niveles socioeconómicos. Ésta puede ser hereditaria o puede ser el resultado de una enfermedad, traumatismo, exposición a largo plazo al ruido o medicamentos. La pérdida de audición puede variar desde una leve, pero importante disminución de la sensibilidad auditiva, a una pérdida total.
Sordera
La sordera es la pérdida de la audición que altera la capacidad para la recepción, discriminación, asociación y comprensión de los sonidos tanto del medioambiente como de la lengua oral. En la sordera la pérdida auditiva es mayor de 70 decibeles, lo que les permite oír solo algunos ruidos fuertes del ambiente como los provocados por una motocicleta, una aspiradora, una sierra eléctrica o un avión.
Hipoacusia
La hipoacusia es la pérdida parcial de la capacidad auditiva. Esta pérdida puede ser desde leve o superficial hasta moderada, y se puede dar de manera unilateral o bilateral dependiendo de que sea en uno o ambos oídos; esta pérdida puede ser de más de 40 decibeles en adelante. Las personas con hipoacusia habitualmente utilizan el canal auditivo y el lenguaje oral para comunicarse. Se benefician del uso de auxiliares auditivos para recuperar hasta en un 20 a 30 % de la audición.
Clasificación topográfica
Hipoacusia conductiva: ocurre cuando algo impide que las ondas sonoras pasen al oído interno. Puede suceder por una variedad de problemas, incluidos los cuerpos extraños, las infecciones o por problemas de la membrana timpánica.
Hipoacusia neurosensorial: ocurre cuando el nervio auditivo o las células ciliadas del oído interno (cóclea) son dañados por la edad, el ruido, enfermedades, lesiones, infecciones, por un traumatismo encéfalocraneano, medicamentos tóxicos, o por una condición hereditaria.
Hipoacusia mixta: abarca tanto una hipoacusia conductiva como neurosensorial.
Síntomas
Las personas con pérdida de audición pueden experimentar alguno de los siguientes problemas o todos:
-Dificultad para escuchar conversaciones, especialmente cuando hay ruido de fondo.
-Siseo, ronquido o zumbido en los oídos (tinnitus o acúfenos).
-Dificultad para oír la televisión o la radio a un volumen normal.
-Fatiga e irritación causada por el esfuerzo para oír.
-Mareo o problemas de equilibrio.
Diagnóstico
Se realiza con una batería simple de estudios audiométricos que permitirá cuantificar la magnitud de la pérdida auditiva y seleccionar el mejor tratamiento para cada persona en particular.
Servicio de Otorrinolaringología de Clínica Colón