El vértigo posicional paroxístico benigno es el resultado del desplazamiento de unos cristales diminutos del oído interno. Los cristales hacen que seamos sensibles a la gravedad y ayudan a mantener el equilibrio. Normalmente una membrana gelatinosa en el oído es la que mantiene a los cristales en su lugar. Cuando el oído sufre un daño, lo que a menudo ocurre por un traumatismo en la cabeza, los cristales pueden desplazarse a otra parte del oído. Una vez fuera de su lugar, éstos pueden que uno sea sensible a los movimientos y a los cambios de posición que normalmente no nos afectarían y, de esa manera, producir el vértigo.
Los canales semicirculares se encargan del equilibrio dinámico, son tres y se encuentran orientados en tres direcciones del espacio. En ellos existe un líquido que se mueve cuando la cabeza lo hace. Al ocurrir esto, los cilios (neuronas sensitivas) son estimulados y esto le permite al cerebro saber en qué posición nos encontramos.
¿Qué hacer ante un episodio de vértigo?
– Colocarse en una zona segura. Si estamos conduciendo, detener el auto. Si estamos de pie, buscar un punto de apoyo. Si estamos sobre una banqueta o escalera, bajar. La idea es evitar la pérdida total de control que derive en una caída y, si esta se produce, minimizar accidentes mayores.
– Fijar la mirada en un punto fijo y no apartarla de allí. Aunque todo parezca dar vueltas, no cerrar los ojos, ya que la vista desempeña un papel importante en el equilibrio.
– No mover la cabeza, especialmente hacia atrás.
– Controlar la respiración. La idea es hacerlo despacio, evitando la hiperventilación y la agitación, que aumentarán la sensación de vértigo.
– Relajarse, en la medida de lo posible. Es importante dejar de lado la angustia y el miedo, y para ello es preciso recordar que los episodios de vértigo cesan.
Servicio de Otorrinolaringología de Clínica Colón