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En esta nueva normalidad y en este contexto, la voz cumple un rol fundamental: comunicarnos con nuestras familias, con otros, transmitir emociones, sentimientos y especialmente es una herramienta de trabajo para los profesionales de la voz.

En la emisión de la voz participan diferentes subsistemas, donde la laringe y las cuerdas vocales son elementos muy importantes en la emisión vocal.

Las alteraciones de la voz pueden ser causadas por:

-Mal uso o abuso de la voz.

-El esfuerzo vocal, que puede llevar a fatiga.

-Patologías en las estructuras del aparato fonador.

-Hábitos tóxicos como el tabaquismo u otra sustancia.

-Factores ambientales.

-Manifestaciones emocionales y/o psicológicas.

-El trabajo constante con la voz.

-La utilización del barbijo

En este contexto la voz también puede afectarse por el uso de tapabocas, barbijos y/o máscara. Esto  a exige un mayor esfuerzo para hablar a través de ellos, aunque es necesaria su utilización para evitar el contagio del coronavirus.

¿Qué le ocurre a nuestra voz?

Surgen patologías como disfonía (ronquera, cambios de timbre de voz, pérdida parcial de la voz) o afonía temporal (pérdida total de la voz). Una de las causas más habituales de este problema es la inflamación de la laringe.

Luego de hacer una videollamada o de dar una clase virtual se pueden percibir algunos síntomas que dan cuenta que se está exigiendo la voz:

-Cambios negativos en el tono o volumen

-Sensación de esfuerzo al hablar

-Dolor de garganta

-Sensación de mucosidad y carraspera

-Disfonía

En la conversación virtual se recomienda: 

-Respetar el habla y tener en cuenta la demora de comunicación en medios digitales.

-Esperar a que una persona termine de hablar antes de que comience la otra.

-No hablar al mismo tiempo que los demás.

-Realizar calentamiento vocal.

-Realizar períodos cortos de descanso vocal.

-Por cada hora que se permanece en la posición sentada, ocupar unos minutos para pararse y mover distintas partes del cuerpo.

Consejos 

-Hablar más pausadamente, de manera clara.

-Inspirar por la nariz y espirar por la boca, también cuando se utiliza el barbijo.

-Al hablar, realizar respiración diafragmática en lugar de pulmonar (empleando más el abdomen que el pecho) y no agotar el aire.

-Tomar tiempo para respirar entre las frases.

-No elevar la intensidad (volumen) de la voz ni hacer esfuerzo.

-Vocalizar adecuadamente.

-Utilizar pausas y silencios

-Utilizar micrófono

-Evitar tensar el cuello y la garganta durante la emisión.

-Evitar el carraspeo.

-Tomar abundante agua antes, durante y después de usar la voz.

-Dormir las horas suficientes y realizar una hidratación diaria adecuada.

-Aplicar técnicas de relajación para reducir el estrés y mejorar la voz.

-Realizar un consumo moderado de cafeína y alcohol ya que provocan deshidratación de las cuerdas vocales.

-Que ante la presencia de una alteración en la voz que permanezca por más de 15 días deben concurrir a un especialista.

Cuidar la voz es conservarla, escucharla es protegerla y trabajarla es enriquecerla.

Lic. Graciela Moscardi
Especialista en Fonoaudiología
MP 101

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