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La audición binaural es la que se logra oyendo por los dos oídos. Los dos oídos del ser humano funcionan de manera coordinada para transmitir la información al cerebro. Éste es el que decodifica los estímulos enviados y los interpreta como sonido. De ahí, la expresión “el cerebro es el que oye”.

La audición binaural es esencial para detectar de dónde provienen los sonidos, saber la localización de la fuente sonora y reaccionar a las señales sonoras.

El cerebro está diseñado para recibir, analizar y procesar las señales provenientes de las dos vías auditivas que, integradas en un nivel central, permiten extraer y aprovechar la información del entorno.

Aunque las pérdidas auditivas pueden ocurrir a cualquier edad, los problemas de audición en la infancia y la niñez temprana pueden tener consecuencias graves. La audición normal es fundamental para el desarrollo del lenguaje y el habla. Incluso una pérdida de audición temporal puede hacer que sea difícil comprender el habla y aprender a hablar.

Algunos de los estudios más comunes para realizar son la audiometría, audiografía, audiograma, prueba auditiva y prueba de sonido. Estas pruebas se usan para averiguar si su hijo tiene una pérdida auditiva y, de ser así, qué tan grave es.

Las pruebas de audición de rutina se recomiendan para todos los bebés y niños. En general, a los recién nacidos se les hacen pruebas de audición antes de salir del hospital. Si el bebé no pasa esta prueba, no siempre quiere decir que tenga una pérdida auditiva grave. Pero la prueba se debe repetir dentro de los tres meses siguientes. Luego, a la mayoría de los niños, se les deben hacer pruebas de audición en los chequeos médicos de rutina.

Servicio de Otorrinolaringología
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